lunes, 25 de enero de 2010

El aprendiz ... ¿de qué? (II)

Justo ahora, cuando acaban de concederme el título de Máster y en breve empezaré a dar clases, es cuando me siento más aprendiz.


Intento aprender de cada situación, buena o mala (es mucho más fácil aprender algo de las segundas). A veces cuesta, pero creo que es una actitud a la que aspirar. Creéme: con el tiempo no te fiarás de nadie que nunca ha fracasado.

A veces no vas a ver "la lección" hasta que pase un tiempo. Un ejercicio sencillo cuando algo sale como no esperabas es esbozar una sonrisa sincera y preguntarte: "¿Qué he aprendido?". En serio, inténtalo. Como mínimo te reirás cuando te encuentres a tí mismo intentando sacar una lección de donde parece no haberla.

Acércate a la gente que se cae mucho y se levanta, limpiándose la herida. Rodéate de ellos, en lo personal y en lo profesional, incluso más que de aquellos que parecen nunca caer. Aléjate de los que caen y le echan la culpa a todos del tropiezo.

Celebra tus cicatrices, porque si tienes suerte y atinas, son las que te van a llevar a convertirte en la mejor versión de tí mismo.

domingo, 17 de enero de 2010

El aprendiz ... ¿de qué? (I)

Desde pequeño, los familiares y amigos de mis padres me decían con una sonrisa aquello de "es que a tí te gusta estudiar". Durante años lo dí por hecho, hasta que fui madurando y me di cuenta de que no era así.

Yo detestaba estudiar. Lo que yo amaba era APRENDER. Mi confusión durante años tenía su explicación: la manera más cómoda de aprender algo es sentarse delante de un libro a estudiar, pero también es la manera menos efectiva.
We learn ...

10% of what we read
20% of what we hear
30% of what we see
50% of what we see and hear
70% of what is discussed with others
80% of what is experienced personally

95% of what we teach to someone else

[William Glasser]
Durante muchos años dediqué una buena parte de mi vida a estudiar como un cabrón para superar los retos académicos que se me planteaban. Aprendí mucho, no solo sobre ingeniería, sino también sobre la estructura de mi propio proceso de aprendizaje. El último año de carrera sabía exactamente qué, como y cuando estudiar para adquirir los conocimientos y superar las asignaturas.

Poco podía imaginarme yo en aquel momento que mi pasión por aprender cosas nuevas no era algo que podía restringir al terreno académico. Quizás estaba demasiado concentrado en las ecuaciones, que no oí llegar el torrente de disciplinas nuevas a las que podía asomarme.

Sin embargo, durante los años siguientes a acabar la carrera, determinadas conversaciones triviales con algunos amigos, encuentros casuales con libros extraños, y una serie de experiencias fabulosas con la gente que quiero, iban a cambiar mi vida ...